MEN de Alex Garland - 2022 - ("Men")
Primera película de Alex Garland de terror y primera película suya fuera de los parámetros de la ciencia ficción. Primer patón también, tristemente, que, para mi gusto, ha metido.
"Men" es una de esas obras que desgraciadamente existen y que parten de una base extremadamente interesante que, desgraciadamente también, es arrastrada por los suelos de buenas a primeras y desperdiciada de la manera más torpe imaginable.
Garland nos ha traído un clásico thriller de terror psicológico de "personaje solo contra ambiente hostil" ambientado, valga la redundancia, en un pueblo minúsculo y aparentemente idílico de la campiña inglesa. La protagonista es en este caso una mujer que está sola en este pueblo durante un tiempo por razones que no voy a revelar y que alquila un viejo pero acogedor caserón.
Hay unos parajes preciosos, un sosiego palpable y, también, una calma chicha que augura cosas que empiezan a suceder una tras otra y a inquietarnos.
La primera media hora de "Men" es una absoluta maravilla. Por eso jode más lo que llega detrás. Tenemos terror sugerente del bueno, y sin necesidad de recurrir a escenarios oscuros o artificiales. Tenemos esbozado un drama crudísimo y un trauma brutal que prometen dar mucho juego. Y tenemos a una excelente Jessie Bucley y, sobre todo, a un absolutamente inolvidable Rory Kinnear (y ya verán por qué: este actor es impresionante, soberbio, y creo que está a veces muy poco valorado).
Con estos elementos, Alex Garland nos desliza por un tobogán de miedo ascendente y agobio cada vez más espeso que va haciéndose más y más vertiginoso al compás de unas imágenes de una belleza sobrecogedora (la fotografía es una joya: preciosa) que contribuye a crear esa perfecta ambigüedad de sensaciones que todo el conjunto inspira.
La cosa por desgracia se va por el retrete en el último y largo y pesado tramo del filme, cuando de repente el director empieza a meter metáforas a lo bestia y sin descanso (y además toscas y maniqueas, amén de manidas) y todo se convierte en un anticlímax de símbolos simplones bien representados a nivel visual pero simplones.
¿Por qué? No lo sé. Pero la decepción es mayúscula. No hay desarrollo ni coherencia a partir de aquí, y todo se torna en un surrealismo burdo y poco inteligente, facilón y lleno de lagunas, donde toda la sugerencia anterior se pierde para no volver.
Termina "Men" y el sentimiento es de rabia. Había un material buenísimo, había una actriz y un actor excelentes y con la inspiración por las nubes, había un ambiente tan bello como sobrecogedor y todo acaba en un David Lynch o en un David Cronenberg de marca blanca que no va a ninguna parte salvo a una obra conjunta que trata de ir de profunda y que sólo tiene que ofrecer alegorías muy baratas expuestas de forma petulante para ver si suena la flauta. Una verdadera lástima: la primera media hora es una maravilla.
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