TODO A LA VEZ EN TODAS PARTES. UNA PROPUESTA ORIGINALÍSIMA Y MAGNÍFICA

TODO A LA VEZ EN TODAS PARTES de Dan Kwan y Daniel Scheinert - 2022 ("Everything Everywhere All At Once")

Llevo un rato con la página en blanco pensando en cómo reseño una película como "Todo a la vez en todas partes" sin meter la pata y hacer tremendo "spoiler" (o tremendos "spoilers").

Y he llegado a la conclusión de que la crítica de hoy va a ser bien cortita, porque creo que este filme es uno de esos que hay que afrontar sin saber nada, pero lo que es absolutamente nada, de su trama. Por decir, incluso digo que es hasta mejor no mirar demasiado el póster.

"Todo a la vez en todas partes", dirigida por el dueto creador conformado por Dan Kwan y Daniel Scheinert, es una de las propuestas más frescas y brutalmente divertidas que he tenido el gusto de ver recientemente en las salas de cine.

Como he dicho, no puedo decir demasiado de ella. Sí que es un cóctel inesperado de elementos imaginativos y descacharrantes que juega con sus influencias (y con las modas actuales del cine comercial) para desarrollar una auténtica locura cargada de sorpresas, de giros inesperados, de puntos geniales.

Su trama es magnífica. Desde el principio hasta el final. Habla de relaciones de todo tipo, de toxicidad en estas relaciones, de oportunidades vitales perdidas y reencontradas, de los caminos extraños del azar, de frustraciones vitales, del paso del tiempo. Esto en lo referente a temas universales. En lo referente a argumento, me callo la boca.

Michelle Yeoh está fantástica como la protagonista de la función. Inmensa. Un absoluto papelón con montones de registros dentro que se voltean sin cesar. Un premiazo se merece. Bueno, uno no: varios.

Los secundarios la acompañan también muy bien: Ke Huy Quan (el célebre Tapón de "Indiana Jones y el Templo Maldito" o el también mítico Data de "Los Goonies") entrega otro papelón (lo divertido que es este hombre y las ganas que teníamos de que se prodigase más en el cine), la joven Stephanie Hsu también (e igualmente se mueve sin cesar entre varios registros) y Jamie Lee Curtis está lo que es totalmente desternillante. 

Finalmente, la estética es pop y muy loca y está llena de homenajes e influencias, el montaje es frenético y el ritmo también y, aunque creo que la película está alargada un poco al final (y se resiente ligeramente por esto), me parece en conjunto una propuesta que destaca, que sorprende, que emociona y que divierte (y que con todo ello trata asuntos serios). Vayan a verla: está en los cines ahora mismito.