THE MATRIX de Lana y Lilly Wachowski - 1999 - ("The Matrix")
Las hermanas Wachowski empezaron muy bien. Tras la loable "Lazos ardientes" revolucionaron la ciencia ficción con "The Matrix", una película que fue uno de los mayores bombazos del cine de finales de los años noventa, y con razones sobradas.
Si bien sus secuelas no estuvieron a la altura y el cine posterior de sus creadoras ha sido bastante deficiente ("Speed Racer" y "El destino de Júpiter" son dos truños del tamaño de una catedral y la ya mejor "El Atlas de las Nubes" la co-dirigieron con Tom Tykwer), "The Matrix" es una de las obras de acción y ciencia ficción más impactantes e importantes del cine y no ha envejecido un ápice desde su estreno.
Lo es primero por su trama, y lo es segundo por sus entonces revolucionarios efectos especiales. El filme es una actualización del célebre "Mito de la Caverna" del filósofo griego Platón ambientado en el mundo virtual que estaba llegando con las puertas del nuevo siglo.
Numerosos asuntos son tratados en la película: la batalla del ser humano contra la máquina, ya revisada en muchas cintas de las anteriores décadas (como la saga de "Terminator") aparece aquí revitalizada para lanzar un nuevo mensaje que pone a nuestra especie, con todos sus defectos, por encima de esas máquinas, que no pueden dominarla y doblegarla bajo ningún concepto a pesar de todo.
El otro gran asunto es la relación entre el sueño y la realidad, tratada desde los textos clásicos, y aquí puesta en boga por la llamada realidad virtual y los "mundos de mentira" que estaban ya trayendo las nuevas tecnologías como Internet, que estaba a punto de entrar de forma masiva en los hogares allá por 1999.
Y por supuesto otros temas universales como el amor, la amistad, el sacrificio, la identidad, la búsqueda de la verdad, la lucha por la justicia o la integridad también son tratados en el filme, y de forma coherente.
Al contrario de lo que ocurriría en sus tres malas secuelas, en "The Matrix" todos los asuntos filosóficos que las hermanas Wachowski trataban eran expuestos de forma lúcida, coherente, sin demasiada pedantería, de una manera sencilla pero no por ello poco profunda. A veces la pretenciosidad se les podía escapar por momentos, pero eran estos momentos los menos.
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