MONSTRUOS EN EL OESTE de Donald Curtis - 2015 - ("Monstruos en el oeste")
Juan Gallardo Muñoz, muy olvidado hoy en día injustamente, fue autor de unas 2003 novelas en total (contadas por un amigo suyo: él al parecer ya había perdido esta cuenta) que firmó con diversos nombres (Donald Curtis, Curtis Garland, Kent David, Johnny Garland...) durante las décadas de oro del Bolsilibro.
Fue un autor exitosísimo en España, en muchos países de Sudamérica y también en Portugal, y trabajó todos los géneros imaginables en su momento: el terror, la ciencia ficción, el género negro, el romántico, el erótico, el bélico o el western (y además, los mezcló todos ellos en muchas ocasiones). Eso aparte de revisitar a personajes famosos como Sherlock Holmes, Drácula, Frankenstein, Fu Manchú o D'Artagnan.
Aunque tienen miles de fans, los Bolsilibros no están ya en su mejor época. Sí hubo, como he dicho, décadas en las que vivieron su edad de oro: se vendían millones de ejemplares y estaban en todas las librerías, en todos los quioscos, en las tiendas de comestibles de barrio incluso.
Es encomiable la labor de Alberto López Aroca por rescatar en el volumen que hoy comento este tipo de literatura popular. He dicho popular, sí. Es también parte de nuestra historia, aunque tal vez no sea siempre una literatura que vaya a pasar, valga la redundancia, a la historia.
El ritmo al que tuvieron que trabajar los autores que se dedicaron a cultivar el Bolsilibro tuvo que ser demencial. Se dice que algunos escribían varios libros al mes e incluso a la semana. Hay muchas más personas que controlan más que yo de este asunto por las redes, pero he leído en las suyas que esto era cierto.
Muchas veces, estos autores reciclaban sus propios temas y sus propios personajes e incluso tramas completas y finales idénticos. Debía ser abrumador trabajar de esta forma y me parece, a pesar de esto, un mérito enorme lo que lograban.
Los Bolsilibros son también hijos de su tiempo. Años cincuenta, sesenta, setenta y gran parte de los ochenta. En España. En medio de una dictadura y de una sociedad rancia y beata o de una Transición convulsa. Vamos a encontrar en muchos de ellos machismo, misoginia, clasismo, valores que huelen a naftalina. Bueno, igualmente los encontramos en muchos libros de los considerados "grandes autores".
También vamos a encontrar diversión. Pura y dura. Tramas delirantes que son arqueología de toda una época, que beben del imaginario de su momento (desde el western clásico hasta el western más barato pasando por James Bond, el terror de la Hammer o la pura y dura serie B).
Con los Bolsilibros hay que dejar los remilgos a un lado y entender que la literatura también es esto (y por cierto, se comenta mucho que en aquellos tiempos tal vez se leía más que ahora y que muchos lectores se engancharon a este arte gracias a estos libritos y que desde ellos pasaron a "cosas mayores"). Con los Bolsilibros hay que sentarse, dejar el pensamiento actual a un lado y prepararse para viajar en el tiempo. Y todo viaje en el tiempo es constructivo y nos ayuda a descubrir cómo hemos cambiado.
"Monstruos en el oeste" reúne siete novelas de Juan Gallardo Muñoz firmadas con el seudónimo de Donald Curtis. Todas son "weird westerns": todas mezclan el género de las pistolas, los vaqueros y los indios con algún monstruo clásico o con algún concepto terrorífico.
Unas son mejores; otras, peores. Las hay frenéticas y divertidísimas, y las hay con ideas muy buenas y con personajes muy resultones. Las hay con finales sorprendentes y las hay con finales fallidos o precipitados. Y sí, el autor se autoplagia muchas veces, tanto en temas como en personajes como en tramas. Tenía que escribir tanto y a un ritmo tan demencial que no le quedaba otra.
Casi todas siguen un esquema claro y "fotocopiado": un vaquero valiente, prácticamente invencible y de fondo bondadoso se enfrenta a una amenaza extraña y salva a un pueblo de dicha amenaza (y normalmente también se liga a la chica explosiva de turno). A veces, la amenaza es real. A veces, es alguien disfrazado, un "Scooby Doo" (se le ha llamado así en el género a este golpe de efecto).
Empieza la colección "Drácula en el Oeste", de 1987. Es un delirio pulp en el que hay vaqueros, un circo, vampiros y científicos locos. Se imaginan el tema central ya, desde luego. Muy divertida.
La sigue la más floja "Estampida fantástica", la que considero la peor de la serie, de 1988, donde unos zombies desdibujados ejercen de amenaza desdibujada en una trama desdibujada.
Se levanta el nivel rápidamente, sin embargo, con "Luna de sangre y muerte", de 1987, un thriller con hombres lobo rondando por las montañas que no tiene nada que envidiar a los más divertidos de su género. Frenético y con personajes carismáticos (y un final que yo no me esperaba).
"El destripador viajó al Oeste" es el cuarto libro de la compilación, es de 1988 y es también divertidísimo. Ya se pueden imaginar qué destripador es el que viaja a estos lares de tabernas y vaqueros. Tiene esta novelita hasta una subtrama de enfrentamientos entre puritanos y libertarios muy interesante.
Del mismo año es la quinta obrita, "Terror en el río Dorado". Muy entretenida también, con un terror bien integrado en el conjunto y con unos extraños pistoleros fantasma de por medio que dan bastante mal rollo.
"El monstruo va al Oeste", de 1987, es otro delirio pulp de acción que ahora se trae al nuevo mundo nada más y nada menos que al doctor Frankenstein. Para leer sin prejuicios: si se entra en su juego, te lo pasas "teta" con esta novelita donde todo vale y donde todo se mezcla con gracia y cachondeo.
"Drácula West", de 1972, es la última de la colección y la que fue escrita primero por el autor. Es un batido alocado, cachondo y totalmente desprejuiciado de terror y acción donde, se imaginan, van a encontrar de nuevo vampiros. Un homenaje al terror de la Hammer en toda regla y con todos sus elementos girando.
Con la caída de la moda del Bolsilibro, Juan Gallardo Muñoz tuvo, a finales ya de los años noventa, que trabajar como agente comercial hasta su jubilación. Luego, pudo publicar más, por suerte, pero fue una lástima y una injusticia que un profesional de la literatura popular como él se viese obligado, tras toda una vida dedicada a escribir y escribir y escribir sin parar, a velocidades de producción de vértigo, a abandonar en lo profesional su máquina. Falleció recientemente, en 2013, a los 83 años.
Como he dicho, hay que agradecer a Alberto López Aroca la recuperación de material como el que tenemos en este "Monstruos en el Oeste". Al parecer, hay montones y montones de obras de autores de Bolsilibros y derivados que permanecen olvidadas e, insisto, esto es también parte de la historia de nuestra literatura.