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viernes, 4 de junio de 2021

HIJO DE DIOS. UNA NOVELA SUGESTIVA SOBRE LA AMBIGÜEDAD DE LA ATROCIDAD

HIJO DE DIOS de Cormac McCarthy - 1973 - ("Child of God")

"Hijo de Dios", la tercera novela de Cormac McCarthy, me parece la novela que inaugura la plena calidad y personalidad de este autor.

Menos "sucedáneo de Faulkner" que la primera y menos metafórica y críptica que la segunda (ambas están comentadas en esta etiqueta), aunque absolutamente intransferible en personalidad autoral, narra una historia que él mismo dijo que estaba inspirada en la de un individuo anónimo que fue un personaje real. El nombre que le da aquí es Lester Ballard.

En su momento, obtuvo críticas buenas, pero no un gran éxito comercial. Ha sido revalorizada poco a poco conforme el resto de la obra de McCarthy se ha ido haciendo más famosa con el paso de los años (y tuvo posteriormente una adaptación cinematográfica en 2013 dirigida por James Franco).

"Hijo de Dios" es un libro incómodo. Lo podríamos catalogar como una novela de psicópata, aunque también es un retrato social. 

Lester Ballard, su protagonista, es un hombre desheredado, al que le quitan todo, y que se ve completamente apartado de la sociedad en plena naturaleza. Su humanidad queda reducida a un estado prácticamente cavernícola, y entonces empieza a cometer crímenes brutales, monstruosos muchos de ellos. Y el autor lo describe con una humanidad, valga la redundancia, sincera y aplastante. Lester es "un hijo de Dios más o menos como tú".


Cormac McCarthy se aleja de todo maniqueísmo, de todo juicio. Retrata, simplemente. La violencia y la desazón de la persona radicalmente dada de lado por el mundo. La frialdad total y un llanto repentino. La perversión sexual más atroz y el acto delicado y patético más inesperado. Y, por supuesto, la belleza y la crueldad de la naturaleza (una vez más, la Norteamérica profunda vuelve a ser un personaje más, con sus paisajes preciosos y sus pueblos miserables en el camino).

"Hijo de Dios" nos pone ante una bifurcación moral muy dura y constante. Su protagonista nos repugna y nos apena, nos resulta odioso y terrorífico y a la vez digno de lástima. Sus vecinos son también de todo tipo: hay actos cotidianos magnánimos en ellos, pero también machismo, racismo o juicios improvisados y violentos al margen de las leyes.


Lester Ballard es un monstruo, pero la sociedad que le rodea a veces no es como él porque simplemente no está en su estado de indefensión total. Nos preguntamos constantemente, durante la lectura, qué habría sido de una persona así si el Estado, por ejemplo, se hubiese ocupado de ella, si le hubiese ayudado o protegido u ofertado servicios para sacarlo de la miseria extrema. 

Esto, pienso, hace inmensa a una novela fantástica, breve, en la que el estilo de McCarthy termina de centrarse y encontrar su lugar. Su alternacia de frases largas y cortas, su poética barroca, sus diálogos escuetos, sus momentos líricos, su renuncia al uso de las marcas para estos referidos diálogos.

"Hijo de Dios" se ambienta en el condado de Sevier, en Tennesis. Hay muchos lugares reales y hechos históricos mencionados en la novela. Esto no sentó bien a muchos vecinos de la zona en el momento de su publicación.

La tercera novela de Cormac McCarthy me parece una obrita redonda, sugestiva, moralmente llena de preguntas interesantes, socialmente demoledora y estéticamente bellísima. Creo que tiene que ser reivindicada más.

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