SHADOW LADY de Masakazu Katsura - De 1995 a 1996 - ("Shado Redi")
"Shadow Lady" es uno de los mangas más cortos de un autor que habitualmente hace mangas largos: Masakazu Katsura. Es, también, una de sus creaciones más accidentadas: hasta tres versiones ha llegado a tener (la que comento es la tercera, la definitiva y, por decirlo de alguna manera, "oficial").
Primeramente, "Shadow Lady" tuvo una versión inicial a color en la revista "V Jump" que fue publicada entre 1992 y 1993, tras lo cual llegó un "one shot" que apareció en la "Shonen Jump" en 1995. Finalmente, entre mediados de ese 1995 y parte de 1996 llegó la definitiva, un "segundo remake" de la primera, ya mejorada y completada, que fue recopilada en tres tomos.
La inspiración de este manga está muy clara: Batman. El superhéroe de DC es uno de los preferidos del autor, y se nota en esta obra (y en otras suyas también: hay homenajes constantes al personaje lo largo de prácticamente toda su creación). Sin embargo, la protagonista de este cómic es en realidad, para ser más justos y precisos, una mezcla del hombre murciélago y de la famosa Catwoman de su universo.
Aimi Komori es una joven que con una sombra de ojos mágica se transforma en Shadow Lady y que usa sus poderes para robar bancos y pasárselo bien acompañada de un pequeño demonio llamado Demota. Esto llama la atención de un agente de la ley que quiere atraparla pero que a la vez siente una extraña atracción por ella.
La ciudad donde todo se desarrolla se llama Gray City, y es... Pues es Gotham City. En muchos, muchísimos aspectos lo es, y además el mangaka no oculta en ningún momento su descaro (descaro sin prejuicios) a la hora de homenajear sin cesar al mundo de DC.
Masakazu Katsura elabora una trama que, en sus inicios, se centra en pequeñas historias de robos y locura que, poco a poco, se transforma en una más seria que es la que ocupa el nudo central. La comedia se da a partir de aquí la mano con la aventura y con el romance (con trío incluido que implica a la heroína en sus dos formas: en la de supermujer como tal y en la de mujer sin poderes; sus dos identidades).
"Shadow Lady" es entretenida, pero demasiado corta para lo que cuenta y, aunque su mezcla de géneros es simpática, es insuficiente para desatar interés más allá de la acción más básica, que es lo más conseguido: los combates, amparados por el diseño de personajes y escenarios excelente del autor, son muy destacados (el punto fuerte de Katsura siempre ha sido el dibujo, que como siempre es aquí absolutamente maravilloso y muy personal).
Las dos líneas en las que se mueve el manga no terminan nunca de cuajar: la línea romántica funciona sólo a medias por predecible y tópica (el mencionado trío, que se huele a leguas y que no sale de lo esperable), y la línea central está tan afectada por la poca longitud de la serie que, en los últimos capítulos, se precipita a lo bestia y corre que se las pela: tanto que se acaba cerrando todo de golpe e, incluso, terminan omitiéndose personajes.
Por otra parte, los personajes, valga la redundancia, tanto los protagonistas como los villanos, tienen carisma visual, pero esto no es suficiente: su desarrollo es muy limitado y a veces incluso directamente esquemático, y debido a ello todo el trabajo del autor a los lápices se ve lastrado por su simpleza.
"Shadow Lady", a pesar de ser muy querida por Katsura, es una obra menor. Su aspecto gráfico es una absoluta delicia, pero no hay mucho más en dónde rascar si se anda buscando algo más que una historia de aventuras normalita (y si se pueden perdonar los fallos de su resolución brusca).
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