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miércoles, 30 de septiembre de 2020

EL VIOLETA. LA MEMORIA DE LA PERSECUCIÓN DE LOS HOMOSEXUALES EN EL FRANQUISMO

EL VIOLETA de Marina Martín Cochet, Juan Sepúlveda Sanchís y Antonio Santos Mercero - 2018 - ("El violeta")

Uno de los cómics españoles más tristes y más dolorosos que he leído ha sido "El violeta", de Marina Martín Cochet, Juan Sepúlveda Sanchís y Antonio Santos Mercero. Ella dibuja y escribe; ellos escriben.

Es un cómic duro. Durísimo. Pero también creo que es extremadamente necesario. En estos tiempos en los que partidos adoradores de dictaduras se ven con todo el derecho de negar represiones varias y reales, "El violeta" es un canto de terror por el recuerdo de una de las mayores aberraciones cometidas por el régimen de Franco en España: la persecución de los homosexuales.

Con un dibujo suave pero muy descriptivo, detallado, rico en recreación de ambientes y con el poso de "suciedad" consciente de aquellos cómics de la Transición (a mi por lo menos me recuerda a ellos), "El violeta" narra la historia de Bruno, un joven gay de Valencia que en 1955 es arrestado en un cine de la ciudad frecuentado por otros como él, que viven en la oscuridad del secreto más absoluto.

A partir de este arresto, este chico, que de cara a la galería llevaba una vida completamente normal y corriente (salvo por las habituales habladurías del momento sobre el hecho de que no tenía novia), se sumerge en una pesadilla de alienación que le llevará a recorrer varias décadas no solamente "en el armario", sino además como policía.

Bruno es arrastrado por las monstruosas circunstancias que le han tocado vivir. No es una persona fuerte, y además su familia, encabezada por un padre que es un perro de presa del régimen, le va a obligar a casarse con una mujer y a formar otra familia bajo estricta vigilancia.

A lo largo de tres décadas (los cincuenta, los sesenta y parte de los setenta), recorre una vida gris en una España gris, violenta, oscurantista, hipócrita, llena de prejuicios.

Conoceremos en las páginas de este cómic comisarías siniestras donde se dan brutales palizas, prisiones y campos de concentración para homosexuales, bares clandestinos como oasis en todo este horror y, también, conoceremos a policías despiadados y sádicos, a vecinos llenos de odio, a familias en descomposición que aparentan ser perfectas, a religiosos chivatos y a hipócritas de todo pelaje.

Igualmente, encontraremos a buenas personas que no son homófobas pero que por miedo callan y miran para otro lado y a gays que se dedican, como el propio protagonista, a perseguir y reprimir a los que son como ellos para encajar en una sociedad que les desprecia o directamente a aprovecharse de sus circunstancias para violarlos.

No hay maniqueísmo ni blancos y negros en "El violeta", que retrata además a grandes rasgos el paso de la dictadura a los primeros y tambaleantes años de la democracia tras la muerte de Franco y las luchas sociales y políticas que estallaron en aquellos momentos en los que empezaba a amanecer algo de libertad.

Recomiendo mucho este cómic. Creo que es una pequeña joya y, repito, no viene mal refrescar en sus crudas páginas la memoria de hechos vergonzosos que alguna gente hoy se empeña de repente en negar.

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