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lunes, 30 de septiembre de 2019
MÚSICA, MAESTRO. CORTOS Y PASTICHES PARA LA PRIMERA CRISIS DE DISNEY
Las producciones de Walt Disney "Música, maestro" y "Tiempo de Melodía" son dos colecciones de cortos musicales que la compañía creó durante la segunda mitad de la década de los cuarenta (cuando estaba pasando por su primera gran crisis) y que, de una forma u otra (las comparaciones son odiosas, sí), resultan ser dos especies de "hermanas malas" de la mítica "Fantasía".
Porque, y aunque hay segmentos mejores y peores en ambas, la animación suele ser menos cuidada y espectacular y porque, sobre todo en la segunda de ellas, "Tiempo de Melodía", estos segmentos suelen ser historietas mucho menos imaginativas que las de aquella.
"Música, maestro", de 1946, contiene diez segmentos animados por diferentes melodías variadas (desde música clásica hasta jazz) de desigual calidad, aunque entre ellos hay algunos verdaderamente buenos a pesar de la irregularidad del conjunto.
"The Martin and the coys" es la primera pieza, que narra al ritmo del grupo vocal de los King's Men la historia de dos clanes de vaqueros que se odian y que terminan unidos por el amor de dos jóvenes de cada clan: una especie de "Romeo y Julieta" con final feliz divertido.
El segundo es una animación breve, "Bajou Night", que era la animación original de "Fantasía" para "Claro de Luna" y que ha sido aprovechada en este filme como transición.
El tercero es una pequeña joya: "All the cats join in" es una animación a ritmo de jazz en la que un lapiz va dibujando ágilmente a unos jóvenes que bailan al ritmo de la mencionada música; dinámica, divertida, con mucho ritmo y con una de las mejores animaciones de la colección.
"Without You" es la cuarta parte, que también es de transición y que muestra diversas imágenes de la naturaleza desde una ventana mientras canta al desamor Andy Russell.
"Caseay at the Bat" vuelve a ser una animación más alocada y amena y narra el clásico cuento moralizante de un ser engreído (en este caso un jugador de baseball) que recibe una lección por su soberbia: es esencialmente buena a pesar del mencionado tufo moralizador, marca de la casa por otra parte.
"Two Silhouettes", la sexta composición, muestra a los bailarines de ballet David Lichine y Tania Riabouchinskaya moviendo sus siluetas entre diversas formas. Bonito aunque corto.
"Peter and The Wolf" es otra de las mejores piezas: un niño y sus amigos animales quieren cazar a un malvado lobo; aventuras y comedia se dan la mano en otro segmento muy divertido.
"Afther you have gone" es otra transición breve en la que diversos instrumentos de jazz bailan y crean un caos delirante.
Otra de las grandes piezas (para mi la mejor del conjunto) es la siguiente: "Johnnie Fedora and Alice Blue Bonnett", que al ritmo de la música de The Andrew Sisters narra la historia de amor entre dos sombreros; surrealista, romántica, de aura algo impresionista, la pieza es absolutamente maravillosa y da de por sí para una película corta independiente.
"The Whale Who Wanted to Sing at the Met" es también otra muy buena pieza, también surrealista y romántica y un homenaje a las grandes tragedias clásicas en tono de casi comedia nostálgica: una ballena quiere cantar ópera (y se le da bien), pero esto entraña sus peligros, especialmente cuando se topa con empresarios avariciosos y sin escrúpulos.
"Música, maestro" es una curiosidad cuyos segmentos funcionan de forma aislada y que tiene unos excelentes y otros que no dicen mucho.
Merece la pena para los amantes de la música y la animación, pero como conjunto no deja de ser otra obra menor de Disney, aunque sea la séptima en la lista de sus Clásicos.
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