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martes, 24 de septiembre de 2019

LA CIUDAD Y LOS PERROS. EL INFIERNO MILITAR EN EL PERÚ MÁS CLASISTA


Mario Vargas Llosa siempre ha sido un escritor polémico y criticado. Tanto por la derecha como por la izquierda. Hoy, octogenario, sigue avivando polémicas, valga la redundancia. Lo cierto es que siempre lo ha hecho: desde su primera novela, "La ciudad y los perros".

Éxito fulminante, obra de culto instantánea, la obra debut del peruano fue una de las que dio el pistoletazo de salida al llamado "Boom Sudamericano" en 1963 y es, todavía hoy, una creación experimental y apasionante.


"La ciudad y los perros" le costó a Vargas Llosa muchísimo terminarla, como él mismo cuenta. La empezó en 1958 en Madrid y la concluyó en 1961 en París tras innumerables horas de agobiante trabajo a lo largo de esos años.

Tuvo, además, problemas con la censura española: fue el editor Carlos Barral, de Seix-Barral, el que consiguió publicarla tras sortearla.

No era para menos: "La ciudad y los perros" fue una novela revulsiva en su momento, tanto en España como en el Perú natal del autor. Por su estética y sobre todo por sus temas.


Mario Vargas Llosa estudió, entre 1950 y 1951, en el Colegio Militar Leoncio Prado, un centro educativo de Lima famoso en su momento por su sistema castrense estricto y brutal.

Allí, los alumnos viven sometidos a un régimen terrible y alienante ya no solamente de mano de sus profesores y superiores, sino también de mano de los estudiantes de los cursos más altos, que tratan a los recién llegados como a auténticos esclavos.


La cultura militar, muy reconocida y prestigiosa en el Perú de los años cincuenta y sesenta, es puesta en la picota de una manera brutal y sin ninguna concesión. "La ciudad y los perros" es despiadada, cruel, sexual, sucia, destructiva con el sistema al que critica.

Los alumnos del Leoncio Prado son terribles y viven pisoteándose unos a otros. El fuerte prevalece; el débil está condenado a ser machacado día tras día mientras espera que el curso termine lo más rápidamente posible.

Todo ello bajo la supervisión injusta, ambigua o directamente pasota de unos altos cargos del centro que consideran que valores como la hombría, la violencia, la agresividad, la disciplina y el sometimiento son deseables para la educación de los jóvenes.


Novela con muchos personajes, va todavía más allá de este colegio: retrata a todas las clases sociales de la Lima de su momento, que, como en muchísimas novelas posteriores de Vargas Llosa, ya va a ser un personaje más del relato de la que conocemos una gigantesca cantidad de barrios y lugares reales que dan fe de todos sus ambientes y problemas.

Se trata de una Lima clasista, de contrastes brutales, de ricos engolados y pobres miserables, de barrios relucientes y suburbios depauperados. En ella se mueven el Jaguar, el Poeta, el Esclavo, el Boa, Teresa, el teniente Gamboa y otros tantos personajes que pertenecen a la clase alta, a la baja, a la media.


Mario Vargas Llosa destroza sin piedad a la burguesía peruana y a su hipocresía, a los estamentos militares, a la moral religiosa e intransigente de su tiempo, para retratar una sociedad presa del culto a la apariencia y de la división radical de clases donde impera la frustración y la castración de todo tipo: desde la sexual hasta la artística o la emocional.

Se atreve incluso a tratar, a principios de los años sesenta, asuntos como la homosexualidad o el bestialismo. También está muy presente el racismo, clave de un Perú enfrentado, lleno de odios incluso entre habitantes de diferentes regiones, como los limeños y los serranos.


"La ciudad y los perros" es narrativamente un portento. Complicada en sus inicios, pronto se desvela como un armazón perfecto tanto temporal como de estilo.

Salta constantemente del pasado al presente y de un personaje a otro. Algunos, no sabemos exactamente ni siquiera quiénes son hasta el final de la novela. Pasamos de infancias a adolescencias y a edades adultas constantemente.

Y todo ello en diferentes estilos: narradores objetivos, fluir de conciencia, monólogos interiores y hasta "vasos comunicantes". Pocas novelas contemporáneas hay más extremadamente experimentales que ésta. Pero todo es coherente, todo está perfectamente construido, sin una sola fisura.


Basada en sus propias vivencias, pero con muchos personajes y hechos que Vargas Llosa reconoció que eran inventados, "La ciudad y los perros" fue un auténtico escándalo en Perú y en especial en el colegio en el que se ambienta.

Dice una muy conocida leyenda urbana que hubo incluso una quema pública de ejemplares en su patio: al parecer, no está confirmado del todo.

"La ciudad y los perros" es una novela básica para entender el "Boom Sudamericano" y el primer pilar de una de las narrativas más gloriosas de las letras en español, la de este escritor siempre polémico que es Mario Vargas Llosa.


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