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jueves, 28 de febrero de 2019

EL CORONEL NO TIENE QUIÉN LE ESCRIBA. EL HORROR DE LA ESPERA Y DE LA REPRESIÓN


El propio Gabriel García Márquez dijo una vez que "El coronel no tiene quién le escriba" era su mejor obra. Y estoy muy de acuerdo con él.

Es también éste, creo, mi libro preferido de todos los del gran escritor colombiano. Por encima incluso de "Cien años de soledad" o de "Crónica de una muerte anunciada".

Publicado en 1961, "El coronel no tiene quién le escriba" es uno de los retratos sociales y políticos más desoladores que el inventor de Macondo escribió nunca sobre su Colombia contemporánea.


Contrariamente a otras obras suyas, ésta es lineal y directa, y no tiene apenas elementos de realismo mágico. Narra la historia de un viejo coronel que luchó en la Guerra de los Mil Días y que lleva décadas esperando la pensión de veterano que le prometieron, pensión que por supuesto nunca llega.

Este coronel sin nombre ha perdido además a su hijo, Agustín, asesinado por sus ideas políticas, y se pudre en la pobreza más absoluta con su mujer, enferma, en la decrépita casa que ambos tienen en su pequeño pueblo del Caribe. No tienen ingresos ni apenas dinero guardado, comen de puro milagro y se visten con ropa vieja.


Su única posesión es un gallo, el gallo de Agustín; un animal que es su última carta para sacar algo de beneficio en la gallera cuando llegue la época de las peleas.

El narrador sigue al coronel en los paseos por su destartalada aldea, sumida en el silencio de la dictadura, mientras va a esperar cada viernes la carta que le anuncie la concesión de la pensión, mientras da paseos sin dirección, mientras charla con su amigo el médico o con los amigos de su hijo, mientras discute con su mujer o con don Sabas, un político chivato y despreciable que se ha enriquecido aprovechando la coyuntura.


García Márquez capta perfectamente el horror de esta espera por medio de la lentitud de las acciones de sus personajes y de sus diálogos escuetos y, sobre todo, de la molicie de un paisaje aplastante: el mencionado pequeño pueblo, cercano a Macondo, en el que todo transcurre, un lugar estancado en el calor y en la censura, donde no hay nada que hacer y donde la vigilancia del disidente es total y violenta.

"El coronel no tiene quién le escriba" es un libro triste, incómodo: un viaje a ninguna parte angustioso y oscuro, deprimente, pero cargado de una dignidad tremenda y acompañado de un retrato político brutal y sin concesiones.


Su desenlace, sus metáforas (el gallo está abierto a miles), sus personajes y muchos de sus pasajes geniales, como el de la gallera, son ya historia de la literatura sudamericana.

Por cierto que en 1999 Arturo Ripstein adaptó esta gran novela al cine en una versión que creo que es casi perfecta porque captó todo el horror del libro y todo su ambiente empantanado: extremadamente recomendable también.


miércoles, 27 de febrero de 2019

MERIDIANO DE SANGRE. LA HISTORIA DE LA VIOLENCIA ATÁVICA DE LOS USA


MERIDIANO DE SANGRE de Cormac McCarthy - 1985 - ("Blood Meridian or the Evening Redness in the West")

Muchos escritores americanos se pasan la vida tratando de escribir su "gran novela americana". Muchos escritores que no son americanos, también. Hay muchas definiciones de lo que debería ser eso de "gran novela americana". Independientemente de cuáles sean, "Meridiano de sangre" entra en esta categoría.

Cormac McCarthy saltó a la gran fama cuando los incombustibles hermanos Coen adaptaron su novela "No es país para viejos". Luego, llegó "La carretera", y su correspondiente versión cinematográfica. Y de repente se convirtió en un escritor de best-sellers y hasta sonó su nombre (y sigue sonando) para el Nobel.


Ya era muy reconocido antes de todo esto. "Meridiano de sangre", de 1985, tenía miles de seguidores, y lo mismo se podía decir de su espléndida "Trilogía de la frontera" (cuyo primer volumen, "Todos los hermosos caballos", había sido adaptado ya al cine en el año 2000 por Billy Bob Thornton).

En su obra, ambientada muchas veces en la frontera entre México y los Estados Unidos, abundan los personajes al límite, presas de un destino fatalista y de un mundo violento, que se mueven en la naturaleza indómita y que viven alejados de las normas de la civilización. Ya sea en el pasado, o en el presente.


"Meridiano de sangre" es un western. Un western de altura. De mucha altura. Barroco, con pasajes crípticos y metáforas sugerentes, es también un libro cargado de acción frenética. Es, por momentos, pura casquería. Es el salvaje oeste tal y como debió de ser.

McCarthy explora la violencia atávica de los USA, sus inicios, los que marcarían su posterior culto al capitalismo agresivo, a la supervivencia. Un grupo de bandidos y mercenarios, dirigidos por dos bestias llamados Glanton y Juez Holden, cruzan entre los mencionados USA y México realizando primero misiones gubernamentales y luego matanzas indiscriminadas y descaradas.


Un chaval narra la trama. El chaval no tiene nombre. Y es testigo de toda la brutalidad de un mundo que se descompone, de una cultura que se asienta peligrosamente sobre la aceptación resignada de la ley de la jungla.

El Juez Holden, uno de los personajes más míticos de la historia de la literatura americana, una suerte de homenaje a Moby Dick, una suerte de dios malévolo, aleatorio y cruel, deshumanizado y carismático, es el ávatar de esta violencia. Un carácter enigmático, pura metáfora, abierto a todo tipo de interpretaciones y del todo inolvidable, de pesadilla y a la vez extraordinariamente atractivo.


El paisaje, descrito por McCarthy como una especie de desierto lunar, como una planeta infernal, es el otro protagonista. En todos sus libros lo es, pero aquí es un círculo de Dante natural: también es pura metáfora del vagar por un purgatorio interminable.

Alabada apasionadamente por Harold Bloom y considerada una de las novelas más influyentes del pasado siglo, "Meridiano de sangre" es un delicioso e impresionante viaje al horror en el que se fundó la historia de la gran potencia mundial que hoy hace y deshace a su antojo en todo el planeta.


martes, 26 de febrero de 2019

CLÁSICOS DISNEY. BLANCANIEVES Y LOS SIETE ENANITOS


Los dibujos animados y las películas de imagen real del gran imperio de Walt Disney han marcado las infancias (y más allá) de muchísimas generaciones.

Comentan que el llamado cariñosamente “Tío Walt” como dibujante no valía gran cosa, y que ni siquiera era original con sus tramas y conceptos. Tampoco fue un pionero de la animación, como se cree a menudo. Eso sí, nadie le pudo negar nunca su valía como líder y como empresario. 


En los años treinta ideó un proceso de producción que se convirtió con rapidez en un modelo estándar para crear dibujos animados, con trabajadores especializados exclusivamente en un área: color, fondos, animación, personajes...


La compañía Disney empieza su andadura hacia la fama mundial con cortometrajes de ocho minutos construidos según este modelo y distribuidos por la United Artists. Estos trabajos estaban protagonizados por seres que hoy en día son indiscutibles iconos culturales norteamericanos y aún reyes del merchandisging: los ratones Mickey y Minnie, los patos Donald y Daisy, el perro Pluto, el “perro” (o lo que quiera que sea) Goofy, el gato Pete...

Junto a ellos aparecían otros que, por diversas razones, han sido más olvidados, como el caballo Horacio o la vaca Clarabella.


Pronto, Walt Disney, convencido de que la animación también tenía que dar el salto al largometraje, dirigió, en contra de casi todos los que le rodeaban, "Blancanieves y los Siete Enanitos", que fue uno de los mayores éxitos de la historia del cine y que le catapultó directamente a la gloria.

A partir de entonces, la fórmula se repitió durante muchas décadas: cada cierto tiempo, su empresa adaptaría un cuento o historia clásica para la gran pantalla, además de crear otras propias.


Disney dejó de dirigir para dedicarse a la producción y a la supervisión de su negocio, que terminó haciéndole multimillonario. El merchandising fue imparable, y hasta se construyeron parques de atracciones dedicados a su mundo: los Disneyland. 

Las creaciones de esta compañía se asentaron en la memoria colectiva de casi todo el planeta. Sus filmes exhibían una animación deslumbrante, una imaginación prodigiosa y una técnica y perfección incomparables para la época. Eran transmisores de mensajes moralizantes y llenos de buenos sentimientos, aunque también tenían un toque ciertamente siniestro y cruel.


Porque, efectivamente, también sirvieron sus películas para ayudar a transmitir la ideología norteamericana de sus respectivos momentos: en muchísimos largometrajes de Walt Disney se pueden rastrear huellas de imperialismo, de desprecio hacia "razas inferiores", de machismo, de anticomunismo, de exaltación de valores ultraconservadores.

El mismo Walt arrastra su leyenda negra: para algunos fue un hombre maravilloso que simbolizaba el poder de los sueños, del optimismo y de la bondad; para otros fue un tirano lleno de prejuicios y de odios, homófobo, misógino y anti-comunista. ¿Qué hay de real en todo esto?


BLANCANIEVES Y LOS SIETE ENANITOS

Walt Disney tenía en contra a sus inversores, a sus colaboradores, a sus amigos y hasta a algunos de sus familiares cuando se empeñó en rodar el primer largometraje de animación de la histora: “Blancanieves y los Siete Enanitos” (aunque para algunos esta distinción no es adecuada).


Pocos creían que este “género” debiera salir de su exitoso formato de cortometraje de ocho minutos. Pero Walt, que era un visionario indiscutible, luchó hasta el final por su proyecto y lo dirigió él mismo.

Tres años de durísimo trabajo tardó en terminarlo en compañía de trescientos ilustradores y diseñadores. Más de un millón de dibujos quedaron para la historia y los costes quintuplicaron las previsiones. En Hollywood empezaron a burlarse de la película antes de verla terminada y dejaron de confiar en ella, por lo que Disney hasta estuvo a punto de arruinarse. 


"Blancanieves y los Siete Enanitos", por suerte, arrasó en todos los aspectos, se llevó un Oscar y fue la película más taquillera de la historia hasta la llegada de "Lo que el viento se llevó". La locura llegó a las salas: fue el comienzo del gran imperio de su creador.


La historia, basada en el cuento de los hermanos Grimm, mantenía ese justo nivel de delicadeza y de oscuridad de los cuentos de hadas clásicos, con preciosas escenas de amor y delirantes momentos de humor y con pasajes realmente escalofriantes (los protagonizados por la madrastra bruja especialmente).

La animación era prodigiosa, fluida y realista como nunca se había visto. Se utilizó una cámara multiplanos para desarollarla con esta naturalidad, y se usó para los brillantes decorados una torre para colocar cristales equidistantes con el objetivo de crear una absorbente profundidad. 


La banda sonora todavía es hoy famosa (quien no recuerda el canto de los enanos). Poco más que decir de una de las más grandes obras maestras de la animación, a pesar de su mensaje conservador que hoy, especialmente, nos chirría tanto. Era 1937.


lunes, 25 de febrero de 2019

LA MUERTE DEL CAPITÁN MARVEL. LA IMPOTENCIA ANTE LA LACRA DEL CÁNCER


La película de la Capitana Marvel está a punto de llegar y creo que es un buen momento para hablar de unos de los cómics más traumáticos (sí, traumáticos) que nunca tuvo el universo de los superhéroes de Marvel: "La muerte del Capitán Marvel".

El homólogo masculino de Carol Danvers pertenece también a la raza de los kree (de la que ella es híbrida en los cómics) y vino a la Tierra con el objetivo de estudiarla para, posteriormente, abrir la veda de la invasión de su especie. Sus planes cambiaron y se convirtió en un defensor más de los seres humanos.


Tuvo diversas etapas, y estuvo en varios grupos, y tuvo también sus éxitos y sus fracasos de ventas hasta que, en 1982, protagonizó la primera "novela gráfica" de la Casa de las Ideas: la que narraba su propia muerte.

Este personaje no vendía demasiado bien ya a finales de los años setenta y, en 1979, su serie fue cancelada y el superhéroe acabó, como suele pasar en estos casos, yendo y viniendo por otras aventuras de otros personajes.


Jim Shooter, el director de Marvel en aquellos momentos, decidió que había que hacerle un lavado de cara grande y potenció a su homólogo femenino, la Capitana Marvel que hoy conocemos. Y encargó el capítulo final del Capitán Marvel al gran Jim Starlin.

Al parecer, la despedida del personaje no contemplaba necesariamente su muerte, pero algo terrible ocurrió en la vida de Starlin: su padre murió, valga la redundancia, de cáncer cuando él estaba dándole vueltas a la idea de esta saga. Y plasmó en ella todo su dolor.


EL SUPERHÉROE IMPOTENTE ANTE LA MUERTE

Una de las cosas que más asombran de "La muerte del Capitán Marvel" es el ver a un superhéroe capaz de viajar por el espacio, con poderes que desafían toda maravilla, ser víctima de algo tan cotidiano como es el cáncer y no poder superarlo.

El mensaje de Starlin es claro, y lo pone en boca de varios personajes. El propio Capitán Marvel se lamenta de que el Imperio Kree dedique toda su tecnología a la guerra y no a la cura de esta enfermedad que también existe en su planeta.


Posteriormente, los mayores genios del universo de Marvel tratan de buscar la forma de curarle y todo resulta inútil. Desde Mr. Fantástico al doctor Extraño pasando por Bestia, Tony Stark o Thor. Y todos se horrorizan ante su impotencia: con el cáncer no puede ni la tecnología punta humana, ni la alienígena, ni la mutante, ni la magia, ni el poder de un dios.

Uno de los momentos más desoladores es cuando Spider-Man se ve incapaz de asimilar lo que está ocurriendo: todos esperan que un superhéroe muera luchando, no postrado en una cama. Es un "shock" total para gente que, irónicamente, arriesga su vida todos los días.


Jim Starlin hace una llamada a la unión para pelear contra las peores enfermedades que nos azotan, y critica el presupuesto que se destina a armamento, a la guerra, a la muerte, mientras no hay dinero o tiempo para investigar algo tan mortífero y grave como el cáncer (y se puede extender a cualquier gran enfermedad, como el SIDA o el Alzheimer).


UN HOMENAJE INTENSO Y DESOLADOR

El resto del cómic es un recorrido por la vida del Capitán Marvel narrado por él mismo. Sus inicios, sus grandes amores, sus grandes amigos, sus etapas en la Tierra y en el espacio exterior, sus grandes enemigos y su final.

Con una emotividad cruda, Starlin nos regala una despedida de un personaje al que las ventas tal vez lo tendrían que haber tratado mejor y nos coloca ante el absurdo de la muerte con una lucidez que asusta.


Escenas para el recuerdo, montones. Pero me quedo con una: con la visita de Thanos y su combate final con el Capitán Marvel, ambos ya marcados por la Muerte, personificada también; ambos igualados y luchando por su honor.

Desolador, extremadamente intenso, traumático, "La muerte del Capitán Marvel" es un evento único en el mundo de la Casa de las Ideas.

Hay, además, algo que destacar en este aspecto: todos sabemos la predilección de Marvel por el "eterno retorno" y por matar a personajes a los que sabe perfectamente que va a resucitar. ¿Cuántas veces han asesinado al Capitán América, al Profesor Xavier, a Jean Grey o a Lobezno, por poner unos cuantos ejemplos muy básicos? ¿Y cuántas veces han vuelto?


El Capitán Marvel volvió a la vida, desde luego, pero tarde, mucho más tarde que otros. Siguió apareciendo en las series de la saga desde el mundo de los muertos y en 2010 resucitó plenamente, aunque con "reservas". Pero eso es ya otra historia.

En 1982, Jim Starlin destrozó el corazón a muchos y marcó un hito con un arco argumental que todavía hoy pone los pelos de punta. Si no lo han disfrutado todavía, no se lo pueden perder.


domingo, 24 de febrero de 2019

LA LEGO PELÍCULA II. LA FÓRMULA YA SE EMPIEZA A AGOTAR


Con "La LEGO Película II" sí que tengo que decir que me he llevado un notable chasco. Creo que es, hasta este momento, la peor de las cuatro cintas de esta franquicia: está por encima incluso de "La LEGO Ninjago Película".

De esta continuación directa de la primera de todas ellas me quedo con su media hora final: el resto es, tristemente, bastante desechable. Sí, tiene todos los ingredientes de aquella, pero con mucha menos hilaridad e inventiva.


Ahora, el homenaje central que toca es el de "Mad Max", y el mundo LEGO ha cambiado notablemente tras la invasión de los DUPLO, los juguetes para niños de la compañía danesa. Y con esta excusa, se presentan en la historia un buen puñado de nuevas gamas de diversos muñequitos para hacer publicidad de merchadising.

A priori, la cosa promete: el problema es que, simplemente, el guión se dedica a hacer homenaje tras homenaje y poco más, mientras que se olvidan a muchos personajes clave de la primera entrega. También los gags pierden ironía y la trama se vuelve excesivamente lineal y centrada, para colmo, en estos gags, que son despachados uno tras otro casi como motor de la acción.


La primera hora y pico de "La LEGO Película II" es sopor. Tras dos o tres chistes iniciales, es incapaz de desatar apenas risas y el interés es mínimo.

Por suerte, sí que llega en su parte final un giro de guión que la salva bastante y que nos trae de vuelta por fin el tono serio, agridulce, de la mejor animación para niños y adultos. Aquí, la película se recupera, y sorprende con un desenlace muy digno y con originalidad.


Sin embargo, esta remontada no basta por desgracia para rescatar a ese cuerpo aburrido, lineal, con esos chistes que han perdido brillantez y esos personajes que ya no hacen más que repetirse a sí mismos.

"La LEGO Película II" se salva de la quema finalmente, pero no llega a ser como su primera parte y mucho menos como la aventura de Batman en solitario. Una pena. Esperemos que las siguientes entregas se pongan un poco las pilas.


sábado, 23 de febrero de 2019

LA LEGO NINJAGO PELÍCULA. MÁS FLOJA QUE LAS ANTERIORES, PERO MUY DIGNA


"La LEGO Ninjago Película" es la tercera película, valga la redundancia, de la franquicia cinematográfica de LEGO, y esta vez nos lleva a un universo fantástico de ninjas y otros guerreros orientales que ya tuvo previamente una serie, "LEGO Ninjago: Masters of Spinjitzu", que comenzó a emitirse en 2011.

Siendo divertidísima, me ha parecido floja con respecto a sus antecesoras, aunque creo que es a pesar de todo mejor que "La LEGO Película II", con la que me he llevado un chasco ya bastante notable.


La primera aventura de estos juguetes daneses, de 2014, me pareció fantástica, y sobre todo "Batman: La LEGO Película", pienso que dejó el listón muy pero que muy alto y verdaderamente difícil de superar y hasta de igualar.

Esta tercera obra de la franquicia mantiene sin embargo las virtudes de la saga: esa animación excelente llena de piezas combinadas de forma fantástica y, lo más importante, un humor que es capaz de encandilar a los pequeños pero también a los adultos.


Tal vez la versión LEGO del Hombre Murciélago fue más irónica e inteligente, pero muchos gags de "La LEGO Ninjago Película" también son verdaderamente acertados y están cargados de un humor muy efectivo.

La trama es lo de siempre, temas muy manidos como la familia, las relaciones entre padres e hijos y entre hermanos, la amistad, la búsqueda de la identidad y del "encaje" en alguna parte, la superación y la lucha del bien contra el mal.


Sin embargo, todos estos temas tienen su puntito de originalidad y diferencia, y no tratan de hacer demagogia ñoña barata, lo cual es lo que yo agradezco más en este tipo de producciones.

En especial, la relación del protagonista con su padre, que es el villano de la función, es entrañable sin cansar y tiene capacidad para emocionar sin pasarse con el pastelazo (me parece desternillante el hecho de que un héroe tenga que cargar con la ultraconocida identidad de su padre de señor del mal: creo que es el mejor punto del filme).


El resto, lo componen escenas de aventuras, acción y combates divertidísimas llenas de tópicos conscientes y bien explotados.

"La LEGO Ninjago Película" está bien hecha, tiene una gran capacidad para divertir con dignidad y trata asuntos adultos de forma coherente. Recomendable, desde luego, como película menor de la saga.


viernes, 22 de febrero de 2019

BATMAN: LA LEGO PELÍCULA. LA COMEDIA DE SUPERACIÓN DEL HOMBRE MURCIÉLAGO


"Batman: La LEGO Película", segunda entrega de este particular universo de Lego que empezó en 2014 es, como su antecesora "La LEGO Película", una pequeña maravilla entrañable, divertidísima, y llena de homenajes a tutiplén (más que la primera parte, incluso).

En un tono de comedia y de parodia de los filmes de autosuperación, "Batman: La LEGO Película" presenta a un Batman engreído, insoportable y pagado de sí mismo que, a pesar de salvar Gotham City una y otra vez de toda clase de amenazas, en su intimidad no es más que un niño grande mimado y solitario.


Pasamos algunos de los códigos habituales de una historia que en su base podría ser de Walt Disney a un superhéroe de DC Cómics y los representamos con las constantes este universo: no nos dejamos a ningún supervillano, ni a ningún compañero de Batman, ni tampoco a otros superhéroes como Superman, Flash o Linterna Verde. 


El pastiche lo envolvemos con las mencionadas piezas de LEGO y hacemos una nueva comedia de aventuras fantástica, con escenas de acción cargadas de imaginación, con efectos geniales, llena de ritmo y que conjuga perfectamente el humor, la ternura, un poquito de drama, las referencias constantes a la cultura superheróica y de más allá en todas sus facetas y los gags inteligentes, que son muchos y muy variados.


Chris McKay, uno de los tres directores de la primera entrega, hace una labor excelente, y consigue que una típica historia sobre la importancia de la familia (ya la familia se entiende como las personas que uno elige para compartir su vida) se vuelva completamente atípica. 

Una vez más, se toma un punto de partida a priori absurdo o descaradamente hecho para vender merchandising, pero se le da una vuelta de tuerca para hacer algo no solamente digno, sino dignísimo. Digo lo mismo que dije ayer: así, da gusto que a uno traten de venderle muñecos.