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lunes, 8 de julio de 2024

TRANSFORMERS. MICHAEL BAY ADAPTA A ESTOS MUÑECOS A GOLPE DE ACCIÓN DESCEREBRADA

TRANSFORMERS de Michael Bay - 2007 - ("Transformers")

“Transformers” es una de las gamas de muñecos articulados más míticas de la historia, una gama de muñecos cuyas series (varias han sido) han gozado de un gran éxito en las televisiones de todo el mundo y que se ha convertido en uno de los iconos modernos por excelencia gracias a un imparable merchandising que todavía hoy sigue arrasando entre sus legiones de fans. 

Después de las mencionadas adaptaciones para la pequeña pantalla, de infinidad de comics y de un largometraje de animación complementario para televisión, estos famosos robots transformables fueron llevados a la gran pantalla por el destrozataquillas Michael Bay en 2007 en lo que fue, una vez más y por desgracia, su clásico producto vacío de acción descerebrada. 

La historia sigue, básicamente, las pautas de las series y de los comics: los bondadosos Autobots se enfrentan a sus enemigos, los pérfidos Decepticons, en el planeta Tierra, en donde obtienen la ayuda de un grupo de héroes humanos. 

El apartado visual, como suele ocurrir en las películas de Bay, es muy efectivo y, en ese caso particular, los Transformers están realmente bien diseñados y son bastante fieles a los originales. 

Por supuesto, las batallas que se dan entre ellos no se quedan atrás: están cargadas de una espectacularidad visual de alto voltaje y las escenas de acción que las configuran son hasta cierto punto imaginativas y están excelentemente llevadas. 

Dolorosamente, aquí termina casi todo. El resto se lo pueden imaginar: los personajes no son más planos porque no es posible, y además, son demasiados, tantos que llegan a confundir al espectador. Muchos de ellos para colmo no aportan nada o prácticamente nada a la trama (los militares por ejemplo y algunos de los informáticos del ejército). 

Los diálogos que esgrimen parecen, por otra parte, escritos por niños de doce años, y el humor que destilan es, literalmente, infumable: tonto, ñoño, fanfarrón y canallesco en el sentido más zafio y simplón. Sólo reconozco una escena que sí que me hizo reír: la de la casa del protagonista principal (un soso Shia LaBeouf) con los Autobots escondidos en el jardín. El resto es absolutamente terrible. 

Hay, además, toques patrioteros trasnochados (como no en Michael Bay) que no vienen a cuento y que sí que provocan la risa (la frase del pariente lejano del protagonista principal es de infarto). 

Poco nos queda ya salvo acción, acción, y acción (montada en estilo videoclipero, por supuesto) y un combate final largo, larguíiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo, en el que llega un momento de tal desmadre de explosiones absurdas en el que se pierde la noción de lo que está ocurriendo y en el que se confunden a los robots buenos con los malos. Un desastre que, por supuesto, tuvo continuaciones... Muchas y peores (hasta la llegada de la tardía precuela "Bumblebee").

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