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miércoles, 6 de febrero de 2019

EL PROTEGIDO (IRROMPIBLE). OTRA CLASE DE SUPERHÉROE


M. Night Shyamalan ha pasado por diversas etapas, unas excelentes (desde "El sexto sentido" hasta "El bosque"), otras irregulares (desde "La joven del agua" hasta "El incidente"), otras pésimas (desde "Airbender" hasta "La visita") y otras (la última) en la que está volviendo a hacer, por fin, buen cine.

De toda su filmografía, "El Protegido" (de nombre real y más adecuado "Irrompible") es, desde mi punto de vista, su obra más original.


En ella vuelve, tras "El sexto sentido", al thriller fantástico, su género predilecto, con un emotivo homenaje al mundo de los cómics de superhéroes que sabe plantear, desarrollar y cerrar con una imaginación desbordante.

Todavía hoy, dieciocho años después de su estreno, sigue sorprendiendo su capacidad evocadora, su fuerza para sorprender, sus inolvidables personajes, su estética perfecta y su originalísima concepción y, por supuesto, sus dos actores principales, un Bruce Willis y un Samuel L. Jackson que una vez más desarrollan una química fascinante.


Primera parte de la espaciada pero genial trilogía dedicada a los superhéroes de este director, "El Protegido" es capaz de situarnos con coherencia y lucidez en la línea divisoria que existe entre la realidad y la ficción porque es capaz, valga la redundancia, de revisar nuestros mitos modernos y de establecer una nueva lectura del papel de los señoritos de los calzoncillos por fuera en nuestros días.

¿Lo ha hecho alguien antes de Shyamalan? No. Por lo menos, no con esta clarividencia, inteligencia y originalidad a la hora de teorizar sobre el asunto y de desarrollarlo en un formato comercial y personal.


Su estética, basada en encuadres que imitan a los de las viñetas y en colores apagados en los que destacan algunos encendidos, extiende su homenaje a los cómics clásicos superheróicos norteamericanos.

Algunos de los momentos clave de "El Protegido" son ya parte de la historia del cine fantástico; incluso su desenlace, que todavía hoy sigue poniendo los pelos de punta.

M. Night Shyamalan nos regaló una película inimitable que en su momento no fue demasiado valorada pero que, poco a poco, se hizo con un podio en el imaginario de su género. Mañana, hablo de su secuela.



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