miércoles, 5 de junio de 2024

DJANGO DESENCADENADO. LA MEJOR OBRA DE TARANTINO DESDE PULP FICTION

DJANGO DESENCADENADO de Quentin Tarantino - 2012 - ("Django Unchained")

Creo que "Django Desencadenado" es la mejor película de Quentin Tarantino desde "Pulp Fiction" y una obra magistral en la que, en su primera incursión en el western, mezcla sin fisuras el drama y la comedia, la seriedad y el frikismo puro, la referencia y el homenaje constante con un buen puñado de nuevas ideas de su cosecha. 

Volvemos a tener una historia de venganza ("Kill Bill", "Death Proof", "Malditos Bastardos") y volvemos a tener una estética tan heredera del western clásico como del menos clásico y del de "series consideradas menores" que no deja de tener un pie en la modernidad (en la excelente banda sonora se puede ver claramente) y volvemos a tener a unos personajes llenos de carisma y una historia cargada de violencia y de diálogos inteligentes e imaginativos y, por supuesto, de escenas que quedarán para el recuerdo. 


"Djando Desencadenado"
es lo de siempre, lo que siempre hace Tarantino, pero reinventado y fresco, fresquísimo.

La trama de la película, que pasa sobradamente de las dos horas de duración, fluye con una agilidad pasmosa y consigue que no se mire el reloj ni un solo momento, y lo hace gracias a la mencionada combinación de drama y comedia y a las referencias y autoreferencias que la salpican sin cesar. 

Tenemos una historia de amistad extraordinariamente tierna (Django y el Doctor Schultz quedarán para los anales como pareja mítica del western), tenemos otra de amor más que solvente, tenemos a villanos verdaderamente despreciables, tenemos escenas de acción y tiros y otras intimistas y otras directamente delirantes (cómo no), tenemos diálogos como he dicho inteligentes y siempre estimulantes y tenemos un desenlace apoteósico. 

Y por supuesto, un plantel de actores y actrices de infarto: Jaime Foxx está genial como el protagonista y lo mismo se puede decir de Kerry Washington como su amada, y secundarios como Don Johnson, Franco Nero o el propio Tarantino haciendo de él mismo una vez más están graciosísimos. 

Pero sobre todo hay que quedarse con el trío de ases que conforman el villanísimo Leonardo Di Caprio, un cabronazo asqueroso que pone los pelos de punta y al que todos torturaríamos hasta la muerte con gusto; el en este caso repulsivo Samuel L. Jackson, que borda al "negro colaboracionista" y extremadamente patético y acomplejado de su origen y, sobre todo, al laureado (y con razón) Christoph Waltz, que clava al mejor personaje de la película, un cazarrecompensas ambiguo pero progresista y honorable cuya relación con Django llega a emocionar (qué química tienen él y Foxx; genial).

"Django desencadenado" recupera el mejor Tarantino de todos desde mi punto de vista. Una de las grandes sorpresas de su año y de la filmografía de este creador inimitable.

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